Publicadas listas de admitidos y excluidos y fecha del primer ejercicio.
A estas alturas de la preparación, permitidme compartir con vosotros una experiencia, por si os resulta de utilidad para afrontar este sprint final.
OPOSICIÓN Y VIDA
Con el examen a la vuelta de la esquina, me gustaría compartir con vosotros lo que la casualidad convirtió en una gran lección de vida. Casualidad, suerte o, simplemente, pasó porque tenía que pasar. Os pongo en situación.
30 de agosto, Alicante, 16:30 horas. Podéis imaginar el calor y la humedad. Yo venía de estar el día anterior y esa misma mañana trabajando en la prisión y le había quitado horas al sueño de la noche para acabar de preparar unas clases que tenía en la academia.
Vencido por el cansancio, el sofá empezaba a ser parte de mi cuerpo cuando de repente escuché la voz del gran Carlos de Andrés. Abro un ojo (el otro se resistía, daba órdenes a mi cerebro para que hiciese todo lo posible por seguir inactivo, necesitaba descansar) y veo al pequeño terremoto con el mando en una mano y apuntando a la tele con la otra exclamando
- ¡oh oh, bila, biilaaa! - que en su lenguaje significa bicicleta -.
- ¡Ostras, es verdad nené, la etapa de La Vuelta ciclista era hoy en Alicante!
Su carita de ilusión fue remedio de boticario para espantar todos mis males. Tenía que llevarlo sí o sí a ver las bicicletas.
Nos vestimos rápido, cogimos el TRAM hasta la Plaza de los Luceros, donde se encontraba la línea de meta. Se lo pasó en grande viendo el bullicio de la gente haciendo sonar las palmas con la llegada de los corredores. Cada bici que pasaba era para él como si fuese la primera que había visto en su vida, ¡menuda felicidad!
Finalizada la etapa, fui a enseñarle la unidad móvil de TVE, para que viera a los señores que no hace mucho rato estaban dentro de su televisión en casa. Llamé al campeón Perico Delgado para que saludara al niño, pero no podía oírme. Continuamos el paseo y nos topamos con alguno de los ciclistas haciendo rodillo. Ahí vimos a Juan Ayuso, uno de los jóvenes ciclistas con más potencial de nuestro país, que estaba concediendo una entrevista para la valenciana À Punt, y nos dimos de frente con los vehículos de asistencia del equipo UAE, con sus techos repletos…
- ¡Mira nené, cuántas bicicletas! Vamos preguntar se nos deixan subir a unha …
Y es aquí cuando entra en escena el verdadero protagonista de esta historia. Discúlpenme los Ayuso, Delgado o de Andrés, pero hoy el foco lo pondré en JOSÉ MANUEL DOMÍNGUEZ.
- “¡Hombre, ti tamén eres galego!”, me dijo al escucharme hablar.
Hicimos las presentaciones y ensalzamos nuestra tierra (es increíble la fuerza que tienen esas raíces para que a todos se nos agarre tan profundo en el corazón la bendita morriña). Al ver su bici repleta de mochilas, le pregunté si estaba haciendo el Camino de Santiago. Entonces me contó que lo que hacía era pedalear a lo largo del perímetro del país con el objetivo de recaudar fondos para la lucha contra la ELA. Habéis leído bien, el perímetro de España, ¡más de 6.000 kilómetros! Y con la única motivación de ayudar a las personas que padecen esta terrible enfermedad.
Jose trabaja. Jose tiene familia. Jose tiene cargas y responsabilidades. Jose necesita descansar y le gusta disfrutar del tiempo libre con sus amigos músicos. Igual que todos y cada uno de vosotros. Pero Jose ha decidido renunciar a todo eso durante una etapa de su vida para alcanzar una meta mayor.
Pues ahora, cerrad los ojos y meteos en su piel, renunciad a todo eso. ¿Os resulta conocida esa sensación? Por supuesto. Vuestra oposición también está siendo una larga Vuelta, con llanuras, bajadas, repechos y muchos, pero que muchos, puertos de montaña. ¿Podéis con todo esto? La respuesta me la dio Jose.
- ¿Cómo eres capaz de soportar todo esto tú solo? ¡semejante sacrificio durante tanto tiempo!
- Mira, Javier, nadie dice que sea un camino de rosas, pero al final es más fácil de lo que parece porque únicamente depende de tu voluntad. Es algo que nace de dentro y TODOS LO TENEMOS, SOLO ES CUESTIÓN DE PRACTICARLO.
Esta frase me dejó marcado, procuraré utilizarla el resto de mi vida.
El verdadero valor de estos héroes cotidianos reside en la voluntad, en la determinación, en la actitud. No hay que tener superpoderes, solo hay que querer y esforzarse para conseguir lo que se quiere. Y Jose ni siquiera hace esto por su propio bien, sino por el bien de los demás. ¿Cómo entonces debiera ser vuestra motivación cuando aquello por lo que estáis luchando es nada más y nada menos que resolver el futuro laboral para el resto de vuestra vida? De ahí tenéis que sacar la fuerza necesaria para estudiar cada día. Es lo único que podéis controlar, la entrega personal diaria.
Porque vuestro recorrido tendrá más o menos curvas, más o menos cuestas, pero, lo que sí es cierto es que todos tenéis esa luz, ese valor interior. Solo es cuestión de dejarlo salir, de practicarlo. De esa manera será casualidad, será suerte o pasará simplemente porque tenía que pasar, pero el próximo 27 de noviembre tenéis que presentaros al examen
- con la ILUSIÓN de un niño con su bici nueva
- con la SEGURIDAD de un deportista de élite que sale a competir visualizándose subido al pódium; y
- con el ORGULLO y la SATISFACCIÓN de haber dado todo lo que tenéis para luchar por vuestra plaza
Así, ese será el día en el que sacaréis provecho al tremendo sacrificio que estáis haciendo.
¡Mucho ánimo!