En este artículo hablaremos sobre la forma de gestionar las emociones del opositor
Opositar no es una tarea sencilla. Opositar es para valientes, para gente que decide competir y buscar un sueño.
Instituciones Penitenciarias no es, quizá, la oposición más vocacional que podemos encontrarnos entre todo el catálogo de oposiciones, por ello el estudio tiene aún más mérito.
Durante el estudio de cualquier oposición, lo habitual es que nos enfrentemos a numerosas emociones que debemos saber conducir y gestionar. Pueden ser tanto emociones positivas como emociones negativas. No obstante, como podéis intuir, son las emociones negativas las que nos pueden lastrar en nuestro objetivo final.
Es habitual encontrarnos con sentimientos de ira, frustración, fatiga,... La oposición nos lleva al límite, nos condiciona nuestra vida y nos hace sentir emociones que antes no teníamos controladas.
Por ello, es fundamental saber gestionar las emociones y sentimientos negativos con el objetivo de minimizar los daños. No nos engañemos, durante el transcurso de esta oposición tendremos estos sentimientos en algún momento.
No somos robots, cada día es diferente en la vida del opositor. No obstante, intentaremos que cada día sea parecido, cumplir los horarios de estudio y tener una vida estable a nivel emocional.
Los sentimientos negativos que más afloran son los siguientes:
Frustración: un ejemplo claro es cuando lo damos todo (o creemos que lo damos todo) y aún así los resultados de los exámenes o simulacros son insuficientes. La frustración aparece durante muchos momentos en la vida de un opositor, por ello es importante lidiar con ella. Debemos pensar en que esto es un camino y que poco a poco vamos a ver mejoras si seguimos cumpliendo con la planificación y las horas de estudio.
Fatiga y desmotivación: otro habitual de un opositor. Recuerda por qué te metiste a esto. ¿Horas libres? ¿Estabilidad? ¿Tranquilidad económica? Todos tenemos una motivación que nos invita a seguir luchando.
Estrés: el estrés suele aparecer en personas responsables que quizá no llegan a abarcar todo lo que se proponen. También en opositores que no han cumplido con la planificación. En cualquiera de los dos casos, la solución es readaptar la planificación, bien de una forma más realista y bien aumentando las horas de estudio. Cada caso requerirá una respuesta diferente. No obstante, el estrés es natural en este tipo de oposiciones, debemos saber llegar al equilibrio emocional.
Enfado con nosotros mismos: en caso de no haber cumplido con los objetivos semanales, mensuales o finales puede aparecer un enfado con nosotros mismos. Párate 10 minutos y analiza las razones de no haber cumplido. ¿Te has pasado el día entero con el móvil? ¿Has salido de fiesta y eso te ha robado horas de descanso y estudio? ¿Has tenido mala suerte en el examen final? Bien, analiza y respondete con sinceridad a ti mismo. Corrige tus errores.
Incertidumbre y soledad: una de las mejores terapias para un opositor es deshogarse. Si lo necesitas, habla con otra persona de la oposición, transmite tus dudas y tus miedos a otras personas. Si son opositores, te entenderán mejor y empatizarán mucho más. Si estudias solo, habla con amigos, pareja o familiares, esto te ayudará a desconectar de ti mismo y mejorará tu nivel emocional.